El periodismo está en peligro, acechado, acorralado. Una asociación desembozada entre las expresiones de poder más concentradas en lo económico, financiero y mediático determinan la política argentina y también deciden qué se dice y qué no se dice, qué se muestra y cómo se muestra en los medios de comunicación.
La situación de la que hablamos no es lejana ni ajena. Ocurre en la provincia y en Rosario, tal como quedó demostrado cuando días atrás la empresa Televisión Litoral SA impidió salir al aire a tres periodistas, en el programa que va de 6 a 9 por Radio 2. Fue un acto de censura y de sanción por informar y así lo entendió la masiva asamblea convocada por el Sindicato de Prensa Rosario. Allí, al repudio colectivo se le sumaron los relatos pormenorizados de las limitaciones que ocurren en cada lugar de trabajo, cuando el entramado arriba señalado sirve para concretar enormes negocios que terminan decidiendo cuáles son las informaciones que se privilegian, cuáles se dan a conocer a medias y cuáles directamente no verán la luz aunque ya hayan sido producidas.
La pauta publicitaria es uno de los canales por donde transitan esos negocios. Ciertos anunciantes se creen con derecho a plantear exigencias en el terreno informativo con lo que se pierde el valor de la responsabilidad social de los medios.
Este no es sólo un problema de periodistas. La Argentina vive una situación que no creyó que volvería a ver. Está en juego el sentido mismo de la democracia. Cada integrante de la sociedad se ve afectadx y es víctima de mentiras y ocultamientos que se instalan en el pensamiento de buena parte de la población.
En ese sentido, la asamblea general que repudió la censura decidió tener una actitud activa, explicar que el trabajo periodístico es -ante todo- trabajo, que depende de sueldos y condiciones laborales dignas para desarrollarse con calidad. Además, para poder cumplir con el primer derecho-deber ético que es el de mostrar la verdad, en definitiva, de informar, requerimos hacerlo con libertad.
Por eso expresamos a las empresas de la comunicación, a las y los funcionarixs del gobierno nacional, provincial y municipal, a quienes integran los poderes legislativos y judiciales, a los partidos políticos -en especial en este año electoral-, y, en general, a todas las organizaciones que actúan en la sociedad, que necesitamos cumplir nuestra tarea:
Por todo esto nos declaramos en estado de alerta, estamos atentxs a lo que sucede e invitamos a cada uno de los actores sociales a manifestarse a favor de la libertad de información y de opinión. Por un trabajo periodístico honesto y riguroso, por el derecho humano a la comunicación de toda la sociedad: ¡periodismo libre de operaciones y comprometido con la democracia!
Rosario, 22 de marzo de 2019
SINDICATO DE PRENSA